domingo, 11 de febrero de 2018

UNIVERSO

Víctor



El pijama con capucha de osito

Alucinamos. No sabíamos lo de la pederastia. Sumamos dos más dos. Paco y yo nos ponemos enfermos. Yo estaba allí. Vi los síntomas. Pero los malinterpreté.

No era natural el comportamiento de aquel niño. Arriesgué mi puesto,  acusé a quien no debía y me equivoqué. No se trataba de maltrato doméstico. Aquel padre no era culpable. En cambio, puse a todos en mi contra y quedé a merced de la puerca calaña y cala la información: mi casa está a salvo.

Hoy no tenemos que matar. La felonía podemos abortar. Entonces la duda me atenaza. ¿Y el belga? ¿También está en prisión? ¿Y qué pasa con los rusos que el villano me juramentó iban a ir a por nosotros si no cumplía sus órdenes a rajatabla?


Temblequeo. Vislumbro el abismo, las probabilidades de caer. Me sofoco en cálculos infinitesimales, inabarcables elementos que mi pequeña impronta ignora y me hacen zozobrar aun con los pies en tierra. Opciones por doquier, un cielo insondable; y a pesar del triaje, no resuelvo un futuro en adelante.

Paco me estrecha la palma, me trae de vuelta a la realidad. Me cuela furtivamente la memoria USB con el que el aborrecible iba a implicarme.

_Vamos a comisaría _me aconseja.


...Y tiene razón. Recupero el norte frío que me guía. Me afianzo, afortunada de que exista a mi vera un galán tan valiente y apuesto.

Seremos gente corriente pero en callarse no queremos encallar. Entre un sí o un no, a una acción simplificamos la selección infinita. Ir a la comisaría. Esa es la única moral. Sonrío a Paco orgullosa. Estoy pletórica de bondad. Profeso rectitud. Reboso amor, sobretodo amor.

_No, no. Si la policía no suelta prenda. Por eso del secreto de sumario. Mejor hablad con los periodistas que, esos, de seguro que no cuentan los detalles más escabrosos, que se las saben todas. ¿Creéis que presionando un poco nos dirán quiénes son los chavalines a los que han abusado? Pobrecitos, ¿no?

¡Qué cortocircuito en un plis plas! Habíamos olvidado a la alcahueta morbosa. Tendremos que deshacernos de ella, digo yo. Abandonando cualquier atisbo de heroicidad, esta mártir en apuros pregunta a Paco telepáticamente: "¿y si reutilizamos nuestro plan y la asesinamos antes de la cena?"

La niña en pijama nos mira resignada.

 Mª José (I)
Mª José (II)

Mª José (III)






Helena





Silvia






Marta





Maribel





Paloma