Víctor |
El pijama con capucha de osito
Alucinamos.
No sabíamos lo de la pederastia. Sumamos dos más dos. Paco y yo nos
ponemos enfermos. Yo estaba allí. Vi los síntomas. Pero los
malinterpreté.
No era
natural el comportamiento de aquel niño. Arriesgué mi puesto, acusé a
quien no debía y me equivoqué. No se trataba de maltrato doméstico.
Aquel padre no era culpable. En cambio, puse a todos en mi contra y
quedé a merced de la puerca calaña y cala la información: mi casa está a
salvo.
Hoy no tenemos
que matar. La felonía podemos abortar. Entonces la duda me atenaza. ¿Y
el belga? ¿También está en prisión? ¿Y qué pasa con los rusos que el
villano me juramentó iban a ir a por nosotros si no cumplía sus órdenes a
rajatabla?
Temblequeo.
Vislumbro el abismo, las probabilidades de caer. Me sofoco en cálculos
infinitesimales, inabarcables elementos que mi pequeña impronta ignora y
me hacen zozobrar aun con los pies en tierra. Opciones por doquier, un
cielo insondable; y a pesar del triaje, no resuelvo un futuro en
adelante.
Paco me
estrecha la palma, me trae de vuelta a la realidad. Me cuela
furtivamente la memoria USB con el que el aborrecible iba a implicarme.
_Vamos a comisaría _me aconseja.
...Y
tiene razón. Recupero el norte frío que me guía. Me afianzo, afortunada
de que exista a mi vera un galán tan valiente y apuesto.
Seremos
gente corriente pero en callarse no queremos encallar. Entre un sí o un
no, a una acción simplificamos la selección infinita. Ir a la
comisaría. Esa es la única moral. Sonrío a Paco orgullosa. Estoy
pletórica de bondad. Profeso rectitud. Reboso amor, sobretodo amor.
_No,
no. Si la policía no suelta prenda. Por eso del secreto de sumario.
Mejor hablad con los periodistas que, esos, de seguro que no cuentan los
detalles más escabrosos, que se las saben todas. ¿Creéis que
presionando un poco nos dirán quiénes son los chavalines a los que han
abusado? Pobrecitos, ¿no?
¡Qué
cortocircuito en un plis plas! Habíamos olvidado a la alcahueta
morbosa. Tendremos que deshacernos de ella, digo yo. Abandonando
cualquier atisbo de heroicidad, esta mártir en apuros pregunta a Paco
telepáticamente: "¿y si reutilizamos nuestro plan y la asesinamos antes
de la cena?"
La niña en pijama nos mira resignada.
Mª José (I)
Mª José (II) |
Mª José (III) |
Silvia |
Maribel |
Paloma |